Huella de carbono
Champagne fue la primera región vitícola del mundo que realizó su balance de carbono en 2002/2003.
La huella de carbono representa la cantidad de gases de efecto invernadero (GEI) inducida por todas las actividades del sector del Champagne, desde la producción de los recursos hasta los consumidores finales.
Un clima que evoluciona rápidamente
Las consecuencias del cambio climático ya son perceptibles en Champagne. Entre 1961 y 2020, las temperaturas han aumentado una media de 1,8°C. Las heladas primaverales tienden a causar más daño que antes, debido a un desborre más precoz. Las vendimias tienden a ser cada vez más tempranas: ¡en promedio, comienzan 20 días antes que hace 30 años!
Todos estos parámetros deberían alertar y hacer imprescindible la puesta en práctica de acciones concretas, tanto para reducir la huella de carbono del sector del Champagne como para adaptarse lo mejor posible a los cambios climáticos.
La primera región vitícola del mundo que realizó su balance de carbono en 2002/2003
A comienzos de los años 2000, la región de Champagne realizó una auditoría ambiental de todos sus procesos. Fue la primera región vitícola del mundo que realizó su balance de carbono en 2002/2003. Desde entonces, esta última se ha actualizado cada 5 años (2003, 2008, 2013, 2018), en su totalidad, con objeto de controlar asiduamente el ritmo de reducción de las emisiones.
El diagnóstico mide el impacto de las partidas relativas a la actividad de la región de Champagne como el cultivo de la vid, la elaboración de los vinos, los envases o incluso los residuos y subproductos, etc. Por ejemplo, éste es el último Balance de Carbono de la región que se ha realizado:
Contrariamente a lo que se pudiera pensar, la actividad principal, relacionada con la vid y el vino, representa menos del 15% de sus emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que las compras de bienes y servicios suponen más del 50% de su huella de carbono.
Ante esta situación, Champagne adoptó un ambicioso primer plan de carbono en 2005. En 2015, el segundo Plan de Carbono Champagne tomó el relevo teniendo como objetivo reducir las emisiones globales de Champagne en un 25% para 2025. La huella de carbono de Champagne ya ha disminuido un 15% entre 2003 y 2018.
¿Lo sabía?
El turismo relacionado con el Champagne también se tiene en cuenta en el cálculo de la huella de carbono del sector.
Un trabajo diario dada la magnitud de la tarea
Reducir las emisiones de CO2 y contribuir a la neutralidad del carbono a escala europea requieren una movilización colectiva. Involucra a todos los actores, a todos los niveles. Son todas estas acciones, pequeñas, medianas o grandes, que, acumuladas, tendrán como resultado un cambio real. Este procedimiento requiere muchas inversiones, especialmente financieras. El sector del Champagne es consciente de que se trata de un trabajo a largo plazo. Progresa paso a paso, manteniendo una postura humilde y realista.
Así, a través del trabajo colectivo de 120 representantes de los distintos actores del sector (Viticultores, Maisons de Champagne, institucionales, empresas conexas, proveedores de servicios, investigación, bancos, comercialización, etc.) se ha elaborado el segundo Plan de Carbono Champagne (2015), que todavía está en curso. Se han definido seis temas principales: viticultura sostenible con una atención especial sobre la maquinaria, enología sostenible con una atención especial sobre el ecodiseño de los envases, edificios con una atención especial sobre la eficiencia energética, flete y desplazamiento de personas, economía circular y gobernanza.
Un conjunto de acciones a corto, medio y largo plazo
Para converger hacia estos ambiciosos objetivos de emisiones de carbono, todo el sector ha puesto en marcha varias medidas concretas:
- Abandono de los sistemas de protección contra heladas de alto consumo energético, especialmente los basados en combustión;
- Gran reducción en el uso de fertilizantes minerales;
- Trabajos de investigación y desarrollo en maquinaria vitícola: tractores eléctricos, robots, etc.;
- Ecodiseño de los equipos de empalizamiento: estacas de madera de origen local procedentes de bosques gestionados de forma sostenible;
- Ecodiseño de los envases: aligeramiento de las botellas de Champagne, estuches, cajas, etc. A partir de 2011, este peso se ha reducido un 7%, pasando de 900 g a 835 g, lo que ha permitido disminuir las emisiones de CO2 8.000 toneladas al año (es decir, el equivalente a una flota de 4.000 vehículos);
- Mejora de la eficiencia energética en las bodegas de Champagne: construcción sostenible, operación colectiva de medición y de ahorro de energía, iluminación LED, etc.;
- Utilización de productos de origen orgánico para reducir nuestra dependencia de los recursos fósiles;
- Implementación de una calculadora de carbono online accesible gratuitamente en la extranet del Comité Champagne para todos los profesionales del sector;
- Exploración del flete de navegación transatlántica a vela para la gran exportación;
- Movilización colectiva a través de una atención especial sobre el tema del carbono en las reuniones del sector: asambleas generales, reuniones, etc.;
- Mejora de la valorización de los residuos y de la biomasa vitivinícola;
- Vegetalización, plantación de setos y árboles que permitan una mejor absorción del CO2, almacenamiento de carbono en los suelos (compost).
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