Donde todo comienza
un acto razonado
La poda de la vid es un acto sumamente importante. Se dice que es el “acto fundador” para la vid. Una poda adecuada condiciona la calidad de la uva y de la futura vendimia y, por tanto, en definitiva, la calidad del Champagne.
Antes de comenzar la poda, el viticultor observa varios parámetros. En primer lugar, el vigor general de la cepa. Después, su equilibrio: distribución entre los brotes, posicionamiento vertical o lateral, etc. También analiza las perspectivas de crecimiento para el próximo año. Por último, observa si la cepa necesita una renovación o no.
Las 4 podas de Champagne
Existen diferentes tipos de poda: Chablis, Cordon, Guyot y Vallée de la Marne. Cada una presenta características diferentes que tienen un impacto distinto en la vid y las uvas que produce. El objetivo de la poda es encontrar el equilibrio entre vigor y fertilidad. La elección del tipo de poda es lo que permite alcanzar este equilibrio. Algunas variedades de uva también prefieren un tipo de poda a otro.
Marca el comienzo de los trabajos de la viña
La poda es la primera operación después de la vendimia y se inicia cuando caen las hojas, generalmente a comienzos del otoño. Se detiene desde mediados de diciembre hasta mediados de enero para respetar el descanso invernal de la planta. Después se reanuda y continúa hasta finales de marzo.
El desarrollo armonioso de la vid depende de la precisión y de la inteligencia del viticultor y de sus equipos en el momento de la poda. Y al final del camino, aparecen hermosos racimos de uvas con todas las cualidades buscadas.